Estudiar la pisada es crucial para la salud porque los pies son la base de nuestro cuerpo y cualquier problema en la pisada puede afectar la biomecánica y el funcionamiento de todo el sistema musculoesquelético. Una mala alineación de los pies puede provocar una serie de problemas hacia los tobillos, rodillas, caderas y espalda baja. Además, puede aumentar el riesgo de lesiones deportivas, como esguinces de tobillo o fascitis plantar.
Al comprender la forma en que una persona pisa y camina, los profesionales de la salud pueden identificar desequilibrios y problemas biomecánicos que podrían necesitar corrección. Esto puede lograrse mediante el uso de plantillas ortopédicas u otros dispositivos para corregir la alineación y distribución del peso corporal al caminar o correr que veremos más adelante.
¿Qué me puede ocurrir si lo dejo pasar?
- Dolor crónico: como dijimos antes, dejar pasar el estudio de la pisada puede conducir a dolor crónico en pies, tobillos, rodillas, caderas y espalda baja. Este dolor constante afecta a la calidad de vida, limitando las actividades diarias. Además, puede generar dificultades para caminar, correr o realizar cualquier movimiento, afectando la independencia y el bienestar general. Sin intervención, el dolor puede volverse debilitante, requiriendo tratamientos más invasivos y prolongados.
- Lesiones recurrentes: ignorar problemas de la pisada aumenta el riesgo de lesiones como esguinces, fracturas por estrés, tendinitis y fascitis plantar como indicamos al principio. Estas lesiones pueden requerir tratamientos médicos y rehabilitación prolongada, limitando la participación en actividades físicas y deportivas. Además, pueden afectar la confianza en el rendimiento deportivo y la capacidad de mantener un estilo de vida activo y saludable.
- Deformidades: la falta de corrección de problemas de pisada puede conducir al desarrollo de deformidades en los pies, como juanetes, dedos en martillo y espolones óseos. Estas condiciones pueden causar dolor intenso y limitar la movilidad. En casos graves, pueden requerir intervención quirúrgica para corregir la deformidad y aliviar el malestar, lo que puede implicar tiempos de recuperación prolongados y afectar la calidad de vida.
- Impacto en la postura: los desequilibrios en la pisada pueden afectar la postura corporal, causando desalineación de la columna vertebral, escoliosis y compensaciones musculares. Esto puede llevar a fatiga, incomodidad y problemas adicionales de salud. La postura incorrecta también puede influir en la autoimagen y la confianza. Corregir estos desequilibrios es crucial para mantener una postura adecuada y prevenir complicaciones musculoesqueléticas a largo plazo.
- Limitaciones en la actividad física: el dolor y las lesiones derivadas de una mala pisada pueden limitar la participación en actividades físicas y deportivas, lo que afecta a la salud cardiovascular y el bienestar emocional. La incapacidad para mantener un estilo de vida activo puede conducir a problemas de salud adicionales, como aumento de peso, disminución de la flexibilidad y mayor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas.
¿De qué trata el estudio?
El estudio de la pisada, también conocido como análisis de la marcha o biomecánica de la marcha, se centra en la evaluación de cómo una persona pisa y camina. Esto implica observar y analizar la distribución del peso corporal, la alineación de los pies, la forma en que se mueven las articulaciones y cómo interactúan los músculos durante el proceso de caminar o correr. Como bien sabe el equipo de Clínica del Pie Marta García, el objetivo es identificar cualquier anormalidad o desequilibrio biomecánico que pueda estar contribuyendo a problemas de salud, como dolor crónico, lesiones deportivas o deformidades musculoesqueléticas.
¿Qué se hace con la información conseguida?
Una vez obtenidos los resultados del estudio de la pisada, se pueden tomar varias acciones dependiendo de las necesidades y los problemas identificados:
- Recomendación de calzado adecuado: basándose en el tipo de pisada y las necesidades individuales, se pueden recomendar zapatos específicos que ofrezcan el soporte y la amortiguación adecuados para corregir la biomecánica deficiente y prevenir lesiones.
- Diseño de plantillas ortopédicas: si se detectan desequilibrios o problemas en la pisada, se pueden diseñar plantillas ortopédicas personalizadas para corregir la alineación y distribución del peso, proporcionando un soporte adicional donde sea necesario y reduciendo la carga sobre áreas problemáticas.
- Prescripción de ejercicios de corrección: en algunos casos, se pueden recomendar ejercicios específicos para fortalecer los músculos débiles, estirar los músculos tensos y mejorar la coordinación y el control del movimiento, ayudando a corregir problemas biomecánicos subyacentes.
- Terapia física o rehabilitación: si se han producido lesiones o hay problemas más graves en la pisada, se puede recomendar terapia física o rehabilitación para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la función, así como para facilitar la recuperación de lesiones existentes.
- Seguimiento y ajustes: es importante realizar un seguimiento regular para evaluar la efectividad de cualquier intervención realizada y realizar ajustes según sea necesario para garantizar una corrección continua y prevenir la recurrencia de problemas.