Hace años había otros problemas en la cabeza de nuestros padres. Estaba claro que la vivienda no lo era. Solo hay que leer o escuchar informaciones de esos años. Aunque se ganaba mucho menos, es cierto que el costo de la vida no era tan elevado como es actualmente, que se ha convertido en una barbaridad. Y es que es tan fácil como que para poder comprarte una casa ahora se necesita más del 50% del sueldo. ¿De qué comemos? ¿Qué se hace con el resto de los gastos?
Sin embargo, para nuestros padres era mucho más sencillo. Hasta el punto de que mis padres, allá por los años 70, se compraron el piso sin tener que solicitar una hipoteca. A toca teja, que se suele decir ahora. Por eso me hace gracia escuchar a mi padre cuando lamenta que mi madre no le dejara comprar todo el bloque de edificios. La verdad es que eran otros tiempos. Es cierto que no había tanta libertad, que no había tantos avances tecnológicos, no se viajaba tanto, pero al menos uno podía saber que si trabajaba no iba a tardar mucho en comprarse una casa, que era el sueño de cualquiera.
Ahora es muy triste ver cómo las familias no pueden comprarse una casa, y si lo hacen se hipotecan para toda una vida, con el siempre presente riesgo de que si no tengo para pagar el banco me puede dejar en la calle. Es triste ver cómo los jóvenes no se pueden ir de casa porque los alquileres están a un precio desorbitado. O todavía peor, ver los precios que tienen las casas de alquiler por una simple habitación. Es aquí donde los políticos se tenían que ganar su sueldo y no estar pendientes de las redes sociales, como es el caso del ministro Oscar Puente, o de las famosas comisiones y mordidas. EL Gobierno debería preocuparse por fijar un precio razonable. Pues bien, como de momento ellos no lo hacen, pues yo tengo que hacerlo.
En este artículo vamos a hacer cuentas, y vamos a pensar que nos viene mejor si comprar una casa nueva, hacer una reforma o irnos al pueblo.
Manos a la obra
Ahora bien, partimos de que el costo de una reforma puede variar significativamente dependiendo de múltiples factores. El más grande lo estamos viviendo ahora mismo con la famosa inflación y la guerra de Ucrania. Todo se encarece: los materiales utilizados, la mano de obra necesaria, entre otros. Por este motivo es difícil proporcionar un presupuesto exacto sin conocer más detalles específicos, pero nos podemos hacer una idea.
Sin embargo, a modo de aproximación, podríamos plantear un presupuesto base para una reforma promedio en una casa de tamaño estándar en un pueblo. Este presupuesto incluiría los siguientes gastos comunes. Por ejemplo, los materiales de construcción, es decir, azulejos, pintura, herramientas, etc, que se nos puede ir a los 5.000 euros. La famosa Mano de obra donde tenemos que incluir a albañiles, electricistas, fontaneros, etc. Esto suele ser lo más caro y podemos planificar unos 7.000 euros. Luego están licencias y permisos municipales, que pueden caer en torno a los 1.000 euros. Habrá que amueblar, la cocina y los baños, sobre todo, súmale 3.000 euros. Y como suele ocurrir en estas cosas, el apartado de ‘gastos imprevistos’ no falta, por lo que se suman otros 3.000 euros. Esto nos da una suma de 19.000 euros. Ahora ben, como te decimos aquí no está incluido un posible derribo del inmueble, ya que no sabemos si se hace en un solar nuevo o en una casa para rehabilitar.
Otra opción es la de comprar. En este caso hablamos con profesionales como Geneop. En su caso, y es lo bueno, como empresa constructora de obra nueva en Madrid cuidamos al máximo todos los detalles en cada uno de los edificios que construyen, principalmente la calidad de los materiales y equipos, ahorro energético, confort etc. Y eso también se nota en el precio. Al final te das cuenta de que es una inversión. Puedes comprobar que en los últimos años han hecho en Boadilla un edificio de planta baja más 4 , un bajo rasante de una planta con garajes y trasteros con ventilación y luz natural, piscina situada en la cubierta. Un edificio moderno por su peculiar diseño arquitectónico sus calidades de lujo, su elevada calificación energética (sistema de calefacción /climatización con suelo refrescante y ACS por Aerotermia ).
Así, pues, con estos datos sobre la mesa. La elección es tuya. Claro que un piso nuevo te costará más, pero sabes que tienes la confianza de contar con más garantías. Lo que no recomendamos es irte de alquiler, ahora mismo se están aprovechando por todos los lados.