Si te das una vuelta por las ciudades, ya sean grandes o pequeñas, hay un denominador común. Cada vez son más las empresas de oficios tradicionales que cierran, por ejemplo relacionados con la moda, librería o alimentación, pero por el contrario, son cada vez más las empresas relacionadas con la restauración, es decir, restaurantes y bares, que abren, aunque muchos ofreciendo más de lo mismo. ¿Cómo puede ser esto? Y es más curioso al comprobar que desde muchos sectores se alza la voz de que hay cada vez más bares pero menos gente que quiera trabajar en ellos. ¿Cómo es esto?
Somos muchos los que nos preguntamos si montar un restaurante es tan fácil. Para ello hay que realizar un plan de hostelería para comprobar la viabilidad económica, pero también otro tipo de aspectos a tener en cuenta. Y es que, al igual que te digo que cada vez afloran más este tipo de negocios, también es cierto que igual que vienen, se van. Por eso, es cuestión de analizar y saber lo que se hace.
No voy a andarme por las ramas, así de pronto, montar un restaurante, es decir, la puesta en marcha puede salir por unos 50.000 euros, por lo tanto habrá que pensarse en pedir una financiación. Es cierto que ahora los bancos y los organismos dan créditos para los emprendedores, pero no nos engañemos, es un dinero que también hay que devolver. A veces nos pensamos que como no es nuestro, y si sale mal, no pasa nada. Pues no. Vamos con los detalles básicos que necesitamos para montar un negocio de hostelería.
Un local
Hay que tener un local, y es lógico que se analice bien. Tiene que estar situado en un lugar que responda a nuestras expectativas. Me explico. Si queremos montar un restaurante de comida rápida, que la consumen sobre todo jóvenes y lo montamos en un barrio donde la media de edad es de 70 años, pues comenzamos mal. Después de analizar esto, tenemos que saber que el precio de local dependerá del tamaño y la ubicación, pero el promedio, está en algún punto intermedio entre los 800 y los 1.200 euros. A este importe deberemos sumar la fianza inicial, que no suele ser barata.
Y luego viene el proyecto, es decir, cómo queremos organizar ese local. Paredes, diáfano, con escalera, doble piso, etc. El proyecto técnico debe ser realizado por profesionales autorizados y colegiados, hablamos de arquitectos, aparejadores o ingenieros. Para cumplir con todos los trámites, su coste puede oscilar entre los 2.000-3.000 euros.
Licencias
Aunque los políticos nos vendan la moto de que es fácil adquirir licencias, no es así. Es caro y encima lleva su tiempo. Es cierto que esto depende de cada comunidad o ciudad, pero vamos a necesitar la licencia de actividad, que certifica el uso de un local y atestigua que cumple con los requisitos para ello. Su coste estaría alrededor de los 1.000 euros. La licencia de apertura es un documento que acredita que el negocio cuenta con las exigencias para empezar la actividad en nuestro restaurante y supone un gasto de entre 2.000 y 2.500 euros.
Suministros
Vamos con las famosas facturas que llegarán todos los meses. Esas que hay que pagar sí o sí. Entren o no entren clientes. Primero los fijos, la luz tiene un coste entre 160 y 500 euros-El agua entre 50 y 100 euros. Internet entre 25 y 50 euros.
Maquinaria
Y todo esto no funciona si no tenemos maquinaria. Y en el caso de los restaurantes son muy concretos y específicos Por ejemplo, neveras, congeladores de gran formato, cocina con plancha y quemadores, campana industrial, horno, fregadero, túnel de lavado o lavavajillas, freidora, cafetera, batidora, gestión de residuos, son muchos los elementos que se necesitan y lo mejor es ponerse en manos de profesionales como Mayfriho, que nos hace una estimación de unos 30.000 euros.
Material
Y por último, llegará el momento de darle sabor al restaurante. Alimentos básicos y bebidas para el stock. El precio dependerá, sobre todo, de la bodega elegida. Eso ya depende del tipo de restaurantes que tú quieres montar. No es lo mismo ofrecer en la carta 20 platos diferentes que ofrecer dos platos en los que estés especializado. Esto sería lo mejor. Por ejemplo tener un restaurante al que todo el mundo va a comer huevos fritos con chorizo. ¿Te imaginas?
Como has visto esto es una primera toma de contacto con lo que puede ser montar un restaurante. Nos han faltado más detalles, por ejemplo la mano de obra, es decir, el personal. Pero ahora solo queríamos hablar de la puesta en marcha.