No vamos a hablar de escultura contemporánea ni de esos artistas de vanguardia que hacen arte abstracto que solo ellos, comprenden. Sin desmerecer en modo alguno a los artistas más relevantes del momento, de los cuales, no conozco ningún nombre, en este artículo vamos a dar un repaso lo que es este arte y algunas de sus técnicas que siguen de vigente actualidad, a pesar de la irrupción en nuestras vidas de la impresión digital en tres dimensiones. Por fortuna, escultores y escultoras con gran habilidad como los de Bustos personalizados, siguen trabajando con sus manos para realizar trabajos de encargo y dar vida a esculturas y bustos de gran calidad y extremo parecido con la realidad.
Como arte, la escultura es una de las formas de expresión artística más bellas que existen. Considerada como uno de los siete artes, junto a la música, la pintura o la danza, los escultores, se expresan a través del modelado, esculpiendo o tallando la piedra, la madera o cualquier material que se les ofrezca. El abanico de los mismos, puede ir desde el barro a la piedra; desde la madera al mármol o pasar por el yeso, la cera o los diferentes tipos de metales que se pueden encontrar. A medida que se han ido desarrollando nuevos materiales, se han ido incorporando al arte de la escultura, de tal manera que resinas de todo tipo o plásticos, han permitido que el arte de esculpir y tallar, se expanda en otros estilos artísticos más vanguardistas.
Sabemos de sobra que la escultura se ha utilizado desde sus orígenes para crear obras originales y excepcionales, así como para recrear y representar figuras reales o imaginarias, personajes, objetos, personas o animales. Dentro del amplio abanico que ofrece la escultura, las obras pueden resultar muy fieles a la realidad o ser tan abstractas que solo el propio artista puede comprender, puesto que se trata de su particular visión sobre algún aspecto en particular.
Para lograr realizar un buen trabajo de escultura hay que tener en cuenta que uno de los aspectos más importantes de la misma, es el manejo y control del espacio y las formas. Algo que hace fundamental que el artista en cuestión considere todo tipo de detalles relativos a la altura, la profundidad, el volumen o las formas.
Un paseo por los orígenes de la escultura
Remontarse a los orígenes de la escultura, puede resultar un viaje apasionante a través de las diferentes culturas que dejaron su impronta mediante las esculturas, cuya función no era otra que la religiosa. No en vano, se empleaban esculturas tanto en los rituales mágicos como en los funerarios o las diferentes prácticas de culto, en las que una imagen esculpida, se erigía como símbolo o ídolo. Basta con echar un vistazo a los egipcios y sus muchas esculturas funerarias o imágenes religiosas y avanzar por Grecia o Roma, entre otras civilizaciones.
Poco a poco, la utilidad religiosa fue dando paso a un cariz político y de poder: las esculturas, representaban el poder de los monarcas al tiempo que permitían conservar la memoria de las grandes civilizaciones. No había fotografía, ni pintura, pero los bustos, dejaban constancia de los personajes con mayor relevancia.
Más recientemente, la escultura, adquirió una utilidad más banal como la estética, algo más común en el momento actual. Lo que viene a decir que los artistas, buscan alcanzar una representación de la belleza o ciertos aspectos artísticos valiéndose de los volúmenes y las formas o crear objetos con una finalidad meramente decorativa.
Lógicamente, cualquier artista que se precie, sea profesional o aficionado, amateur o experimentado, dedican parte de su tiempo a su pasión que no es otra que la escultura. Lo hacen por la necesidad y el gusto, por la satisfacción y el orgullo que les ofrece la posibilidad de expresarse a través de sus creaciones. El trabajo que se realiza con las manos brinda una experiencia única a quien crea algo con las mismas.
Tanto materiales como técnicas influyen en los resultados de cada obra. En función del tipo de escultura que se pretenda ejecutar, es conveniente utilizar un material u otro y combinarlo con la técnica que mejor le vaya tanto a la obra como al material. No obstante, existen artistas capaces de crear formas imposibles con los materiales menos adecuados y salir airosos. Si algo tenemos claro es que, en cuestiones de arte, todo es posible.
Puesto que la escultura es una forma de arte tridimensional que utiliza el espacio real, formando parte del mismo o interactuando con él, a la hora de emprender una nueva escultura, los artistas, deben tomar una serie de decisiones relativas a la altura, el ancho, el y el largo, para que, en base a ello y el resultado final pretendido, decidir cuál es la técnica o técnicas a utilizar.
Veamos a continuación, cuáles son las técnicas más habituales para elaborar esculturas.
Técnicas de escultura más habituales
Son varias las técnicas de las que puede valerse un escultor para crear sus obras. Desde las manos hasta la impresión en tres dimensiones, existe un abanico de posibilidades que pueden separarse o mezclarse y combinarse de la manera que mejor resultado ofrezca a ojos del artista.
Sin embargo, a la hora de hablar de escultura, lo que más rápidamente nos viene a la mente, es un escultor esculpiendo. Poco importa si conocemos más o menos el mundo de la escultura. Esta técnica es de las más conocidas. A través de la misma, se trabaja partiendo de un bloque al que se van quitando partes hasta que se obtiene la forma que el escultor tiene en su mente. A lo largo de la historia, reconocemos la escultura italiana porque se esculpía en mármol, mientras que Europa lo hacía en piedra caliza, Alemania en alabastro, junto a Inglaterra o España.
Para practicar esta interesante técnica, se utilizan herramientas de desbaste que permiten dejar surcos profundos y desiguales, además de los cinceles planos que se utilizan para dar el acabado final en las superficies de la piedra caliza, el mármol o la arenisca.
Habrá quien se pregunte donde hemos dejado la madera, pues existen impresionantes esculturas en este noble material. Bien, para hacer esculturas de madera, se recurre a la técnica del tallado que se utiliza sobre todo para el mármol y la madera. Esta técnica, consiste en un proceso mediante el cual se elimina el material desde el interior hacia el exterior mediante el desgaste y el pulido.
En el caso particular de la madera, hay que tener muy presente el tipo de madera que se va a utilizar puesto que es un factor determinante. De tal manera que la madera de cedro o pino es más blanda y fácil de tallar que la de roble o nogal que, por otro lado, son más duraderas y permiten realizar detalles más delicados. Por esta razón es tan relevante que el escultor tenga conocimientos sólidos respecto a los materiales y técnicas de la escultura.
Respecto al tallado en marfil, hay que decir que se trata de un material bastante costoso y difícil de obtener, ya sabemos que se obtiene de los colmillos de un elefante o los cuernos del rinoceronte y no es necesario el sufrimiento que eso conlleva para el animal.
Otra de las técnicas con las que un escultor puede dar vida a sus obras es el modelado. Como es posible deducir de su nombre, se trata de una técnica que consiste en dar forma a un material blando o maleable utilizando un molde. En este tipo de escultura uno de los materiales más utilizados es la arcilla, aunque no se trata del único, pero si de un material barato y fácil de conseguir, además de ser muy moldeable. Uno de los puntos fuertes que posee esta técnica frente al resto, es que permite hacer muchas copias.
Para que nos hagamos una idea de las posibilidades que ofrece esta técnica, solo hay que reparar en los famosos museos de cera, copados de famosos y personajes célebres. La verosimilitud que ofrece el modelado con cera es asombrosa, tanto que puede engañar al ojo en según qué distancias.
La fundición es otra técnica escultórica similar a la anterior, en la que se utiliza un molde. La diferencia reside en que, para la fundición, el molde se completa con metales mezclados, como el caso del bronce (aleación de estaño y cobre). Técnica y material son habituales en las esculturas debido a su dureza y durabilidad.
Podríamos seguir hablando de técnicas de escultura y materiales, pero para finalizar, vamos a enumerar algunas de esas técnicas que se nos han quedado en el tintero, como pueden ser el pulido, el cincelado, el repujado, los grabados, el estampado y el troquelado que, no por ser menos conocidas, dejan de tener validez y ofrecer resultados asombrosos.
En cualquier caso, el arte de la escultura es uno de los siete artes con mayor relevancia y que no pasa de moda. Porque, eso es lo mejor del arte, sea cual sea, prevalece sobre las nuevas tendencias: pintura, escultura, música, cine, danza, arquitectura y literatura, constituyen las disciplinas desde las que parte el resto.