La dieta mediterránea de la que hace gala nuestro país, es una de las más apreciadas y valoradas del mundo. Su variedad de platos, los ingredientes que utiliza y la riqueza gastronómica de las zonas en las que se basa este tipo de dieta, es uno de los factores que la hacen indiscutiblemente seguida por millones de personas. Sin embargo, aunque la dieta mediterránea es ideal y son muchas las cocinas del mundo que basan sus platos en ella, no podemos dejar de lado otras gastronomías, quizá no tan populares pero igualmente sabrosas. Tal vez, su falta de popularidad se deba al desconocimiento.
De ahí que en este artículo, tengamos la pretensión de dar a conocer la gastronomía popular de Europa del Este, seguro que nos sorprenden sus platillos y tradiciones culinarias. La evidencia nos dice que esta basta extensión del continente Europeo resulta bastante desconocida para la inmensa mayoría. Tanto a nivel cultural como gastronómico. En este sentido, los oriundos de estas zonas ya nos alertan sobre que sus platos son muy diferentes a los que acostumbramos a comer en los países donde impera la dieta mediterránea.
Dado que no podemos ir a todos los restaurantes a probar los deliciosos platos de la gastronomía del Este, no hemos dudado en acercarnos a quien los conoce de cerca. En Extrainvest Magazine, expertos en productos gastronómicos y alimentación de Europa del Este, hemos encontrado todo lo necesario para realizar alguno de sus platos y conocer un poco más de su gastronomía. Aunque al principio, esta gastronomía puede asustar al turista culinario, el recetario de estas cocinas, llega a sorprender de forma bastante positiva. Solo hay que dejarse llevar por los sentidos y degustar los platos con la mente abierta y el paladar, limpio. Contundentes y sabrosos, esa es la característica principal del recetario de los países del este.
Un recetario para cada país pero con preparaciones similares
Aunque esto es algo bastante habitual en gastronomía, compartir ingredientes y recetas con sus variantes, en las cocinas de Europa del Este, es más notorio. Esto puede deberse a factores como la migración, los intercambios económicos, e incluso, remontándonos a otros tiempos, los reinos que ocuparon el terreno en épocas lejanas. De cualquier modo, se trata de una gastronomía muy popular que basa sus platos en la abundancia y el alto contenido calórico. Esto se debe con total seguridad a que se conciben para saciar y mantener el cuerpo caliente, con mucha energía para trabajar y enfrentarse a las bajas temperaturas que imperan en estas tierras.
Un aspecto que destaca en la gastronomía de la Europa del Este es la casi nula existencia de platos vegetarianos y veraniegos. De hecho, podemos decir que en los restaurantes clásicos, sirven la misma carta, con los mismos platos e ingredientes durante todo el año, con independencia de que sea invierno o verano. Otro aspecto destacable es que en sus recetas, abunda la carne. Por lo general, carne y patatas son la clave del recetario, existiendo, no obstante, mucha variedad. A la hora de visitar estos países o cualquiera de los restaurantes que podamos encontrar en nuestro país (cabe señalar que tampoco hay muchos) hay que tener presente que sus platos son sustanciosos, reina el estofado y las sopas calientes y se comen aunque estén a treinta y cinco grados de temperatura. En favor de esta gastronomía, podemos añadir el hecho de que se trata de unos platos asequibles que no afectan a la economía. Los restaurantes de los países del este, no son caros y cualquiera puede permitirse el lujo de comer fuera sin que le cueste un riñón, como sucede en otras gastronomías.
Con este breve repaso por las generalidades de la gastronomía de Europa del Este, vamos a dar un repaso a los platos más emblemáticos de algunos países de la zona este del continente.
De país en país
Por empezar por algún punto, viajemos a Polonia. Este país, lleno de historia y tradición, hace que la nación sea un lugar idóneo para cualquier gourmet. Uno de los platos más degustados son los Pierogi, semejante a la pasta italiana, se trata de unas medialunas de masa rellena que se pueden degustar rellenas de queso, carne o dulce. En esta zona de Europa, puedes encontrar, a modo excepcional, una sopa fría bastante apetecible, conocida como Chlodnik, a base de remolacha, pepino y rábano, se cubre con kéfir aliñado con limón y gajos de huevo duro, rabanitos y eneldo. Otro clásico son las tortitas de patata Placki Ziemniaczane. Como postre estrella, el Makowiec que aun siendo un postre navideño, puede encontrarse en cualquier momento.
De Polonia nos vamos a la República Checa, donde aparte de contar con una excelente cerveza, ofrece una carta de platos bastante deliciosos a los que les gusta añadir, precisamente, cerveza. No solo acompañan sus comidas con vino o zumo de cebada, sino que gustan de guisar con ella. Uno de sus platos estrella, es el codillo asado en cerveza negra, su nombre es Koleno y si te gusta el cerdo bien asado, es el plato ideal. El pan queda fuera de la carta, a pesar de tener buena calidad y variedad, pero en su lugar se ponen los Knedliky, albóndigas de masa o ñoquis gigantes de harina, pan o patatas que se hierven y cortan en rodajas. Este elemento es parte del plato nacional Kepro Knedlo Zelo que se compone de carne de cerdo asada, col cocida y los citados ñoquis. A parte de otros tipos de platos, no podemos olvidar el postre, Koláce, un pastelito de frutas o semillas de amapola o la tarta de miel y nueces Medovnik.
En Eslovaquia, podemos encontrar productos locales increíbles como queso y embutidos, con una rica y variada gastronomía, muy similar a República Checa. Uno de los más valorados es el Bryndzové Halusky, pequeños ñoquis de patata rallada, harina y sal, acompañados por una salsa de queso Bryndza y toques de panceta ahumada. En esta región, cuentan con unas crepes propias, las Loksa que, a diferencia de sus hermanas francesas, cuentan con una base de patata y no de harina. Estas tortitas se acompañan o rellenan tanto de dulce como de salado, aunque lo clásico es degustarlas con carne de pato o mermelada de pruna. Para los vegetarianos, el Vyprázaný Syr, un queso frito acompañado por patata frita o en puré y salsa tártara. Como broche final, los Pampúsiky, unas bolitas dulces y esponjosas que se acompañan de nata y frutos rojos y, dicen, saben a gloria.
Pasamos al interior y en Hungría el pescado escasea por lo que la carne, abunda en sus platos junto a verduras como el pimiento, la berenjena, las coles, el tomate e incluso algún pescado de agua dulce. Uno de los más conocidos es el Gulyas, cuyo nombre internacional es Goulash, una sopa con carne y cebolla de base, condimentado con paprika. Otro de sus platos tradicionales, es el Lecsó, un guiso con base de verduras con salchicha y tocino que cuenta con su versión vegetariana con mucha paprika. No podía faltar en el menú un plato con la col como ingrediente estrella, hablamos del Töltött Káposzta, una col estofada semejante al chucrut, acompañado de carne y arroz, envuelto y cocido en la misma hoja de la col. Como postre estrella, el Kürtóskalács, una masa elevada que se estira con rodillo y se cuece en carbón a fuego lento, se sirve caliente, con canela y azúcar, piel de limón y nueces ralladas.
La gastronomía de estos países es más variada, podríamos seguir hablando de platos y platos contundentes que hacen las delicias de los oriundos y los turistas. Si bien, como ya hemos dejado claro y puede observarse en los platos citados, se trata de una gastronomía muy contundente y humilde, eso no quiere decir que no sea deliciosa al paladar. Se trata de una oferta culinaria con orígenes en lo que da la tierra. La cultura popular de estos países, no invita a una gastronomía de alto nivel como puede suceder en otros lugares. Sin embargo, los sabores de la tierra, la combinación de ingredientes y la contundencia de sus elaboraciones, tienen como finalidad, mantener el cuerpo caliente y cargado de energía.
Si buscas un restaurante elegante donde te sirvan comida de esa que solo ves y apenas pruebas, no es tú lugar. Por el contrario, si eres de esas personas a las que le gusta comer bien y quedar saciado con sabores y aromas de otra época, la gastronomía de estos países, no te va a defraudar. Acercarnos a esta cultura gastronomía puede conllevar que se deje influir por otras cocinas y viceversa, encontrar el punto de unión entre la dieta mediterránea y la tradicional gastronomía del este. En cierto modo, estos platos, pueden recordarnos a los guisos de nuestra patria, esas contundentes sopas castellanas, las fabes o incluso el cocido, aunque en el este, cabe destacar que las legumbres, se dejan ver poco.
De cualquier manera, se trata de una cultura gastronómica singular y muy propia, con carácter y personalidad, algo que no se puede decir de otro tipo de gastronomías que se prestan a todo tipo de fusiones, perdiendo claramente, su esencia.