Nadie puede negar que en los últimos tiempos lo vintage es tendencia. Dentro de los aficionados a los objetos de otras épocas, los 80 es la década `preferida. Eso también incluye a los coches. Para que estos automóviles puedan circular con normalidad necesitan adecuarse a las normativas actuales.
Para que un coche clásico de los 80 circule en la actualidad, necesita su homologación.
Hablar de los 80 es hablar de la movida. De Nacha Pop y de Radio Fututa, de Alaska y los Pegamoides y de Loquillo y los Trogloditas. De las primeras películas de Almodóvar. Es hablar de la época dorada de la televisión: De la Bola de Cristal, de “El Hombre y la Tierra” de Félix Rodríguez de la Fuente, y del 1, 2, 3 de Chicho Ibáñez Serrador.
Es recordar el 12 -1 de España contra Malta. O cuando la selección española de Epi, Corbalán y Fernando Martín se alzaron con la medalla de plata de Baloncesto en las olimpiadas de Los Ángeles en 1984. Disputándose la final contra unos EEUU formado por las futuras leyendas de la NBA, entre las que se encontraba Michael Jordan.
Los 80, a algunos de nosotros, nos recuerda nuestra infancia. El anuncio de los donuts o la cartera. Las cintas de casete en las que grabábamos las canciones que sonaban por la radio, los videos VHS y los videoclubs, donde íbamos a alquilar películas que veíamos los fines de semana en casa.
Y desde luego, aquellos coches en los que nuestro padre metía a toda la familia para bajar un fin de semana al pueblo a ver a los abuelos, o para pasar todo el domingo en el campo, comiendo una tortilla de patatas y unos filetes de lomo empanado que había cocinado nuestra madre la noche anterior, y que guardaba en una fiambrera de metal.
Eran coches hechos para durar, para vivirlos. Algunos de esos automóviles permanecían en la familia entre 6 y 8 años. Dándoles bastante tralla.
Aquellos coches, que tantos recuerdos colectivos nos traen, hoy tienen su acceso limitado al centro de las ciudades. Se les considera demasiado contaminantes. Funcionan con gasolina y emiten bastante dióxido de carbono. Necesitan actualizarse para poder disfrutar de ellos.
¿Qué es un coche clásico?
En primer lugar, hay que diferenciar entre un coche viejo y un coche clásico. Un coche viejo es aquel que ha ido cumpliendo años, que en cierto modo se ha quedado obsoleto, y que cuando se estropea nos cuesta Dios y ayuda arreglarlo. El mecánico no encuentra las piezas de repuesto, puesto que ya no se fabrican.
Por otro lado, un coche clásico, según recoge el blog Motorpasión, debe tener como mínimo 30 años de antigüedad, el modelo debe estar incluido en un Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español, o ser considerado un bien de interés cultural porque perteneció a alguna personalidad histórica o está relacionado con algún acontecimiento importante.
En su defecto, debe ser considerado un objeto de colección. Por sus características, por su escasez, por su originalidad o por cualquier otra circunstancia.
El documento que acredita que un automóvil es un clásico lo otorga la DGT (Dirección General de Tráfico) y se inicia a instancias del propietario.
El coleccionismo de coches clásicos viene de antiguo. Tiene que ver con la pasión que despierta el mundo del motor. Y con la relación que tiene los coches con el desarrollo de la historia. Ya no solo en cuanto a acontecimientos históricos destacados, sino en la misma vida de la gente. Asociamos el 600 con los años 60 y el Land Rover con la vida en el campo.
La colección de coches clásicos ha creado un tejido asociativo de personas que se organizan en clubs y que realizan concentraciones especiales en las que se dan cita los propietarios mostrando sus vehículos.
Son personas que conservan y mantiene vivo un legado, los coches antiguos, que forman parte de nuestra historia.
¿Por qué homologar un coche clásico?
Según nos comentan los operadores de Gestécnica, una empresa alicantina especializada en la homologación de vehículos, los coches clásicos deben homologarse para adaptarse a la normativa actual y poder circular sin limitaciones.
Deberán pasar una ITV y volverse a matricular siguiendo un procedimiento especial para conseguir la calificación de “Coche Clásico”. Como hemos dicho antes, el procedimiento burocrático se inicia a instancia del propietario, si bien existen empresas especializadas que se encargan de gestionar los trámites.
Se solicita la catalogación en la oficina provincial de la DGT de la provincia en la que queremos matricular el coche. Se rellena un formulario y se adjunta la documentación requerida, entre la que se encuentra la ficha técnica antigua del coche, el permiso de circulación y el DNI del propietario, fotos del vehículo y el justificante del pago de las tasas correspondientes.
El coche debe pasar una inspección técnica que asegure que el vehículo está en perfecto estado. Por último, se emite una nueva ficha técnica en el que se recogen las limitaciones y exenciones del vehículo.
Homologar un coche clásico tiene las siguientes ventajas:
- Está exento del pago del impuesto de circulación.
- Debe pasar la ITV cada 2 o 5 años, según la antigüedad.
- En la ITV está exento de pasar la prueba de ruido y de gases.
- Se reduce el precio del seguro del coche.
- Puede conservar la matrícula original.
- Podrá circular por todo tipo de vías, tanto de noche como de día, sin límite de kilometraje.
- Podrá mantener las características originales del vehículo sin adaptarse a las nuevas normativas. Esto incluye los espejos retrovisores, los faros, los intermitentes, las luces de freno, etc.
- Re-valoración del vehículo en caso de siniestro. Si el vehículo terminara destruido a raíz de un accidente, el seguro no abonaría el precio del automóvil de hace 30 años, lo cual sería una cantidad ridícula, sino que se actualizaría en función del mercado de antigüedades y de coleccionistas.
Los coches más queridos de los 80.
En un artículo de motor, el periódico «El Español», habla de una serie de modelos de coche queridos por el gran público y que se suelen asociar con la década de los 80. Estos son algunos de ellos:
- Sinca 1.000
Aunque se fabricó entre 1961 y 1978, fueron en los años 80 cuando se hizo muy popular en nuestro país. La multinacional norteamericana Chrysler termina absorbiendo a la empresa francesa Sinca. El fabricante español de vehículos industriales Barreiros llega a un acuerdo en los años 70 para producir en sus fábricas este modelo, pagándole una licencia a la multinacional americana.
Se trata de un coche espacioso para la época con un gran maletero colocado en la parte de delante y el motor a propulsión en la parte de atrás. Es adquirido mayoritariamente por trabajadores y clases populares, por ese carácter familiar que adquiere.
Era económico, y adecuado para aquellas familias que metían la mitad de su casa en el maletero para pasar quince días en un apartamento que habían alquilado en la playa.
Era el clásico coche que cuando los hijos se hacían mayores se lo pedían a sus padres para salir de fiesta el fin de semana. El grupo valenciano “Los inhumanos” compuso una canción a finales de los años 80 que se llamaba “Qué difícil es hacer el amor en un Sinca 1.000.”
- Peugeot 205.
Era el coche deportivo de la época. Accesible para las familias. Con un maletero más pequeño, comercializaba su versión de 5 puertas.
Una adaptación de este coche participó durante tres años en el campeonato mundial de Rally, en la categoría del grupo B. En las ediciones de 1987 y 1988 compitió en el Rally París – Dakar y era habitual encontrarlo en el campeonato de España de Turismos, que se solía celebrar en el circuito de Alcañiz.
Fue uno de los primeros coches en introducir la tecnología Turbo. Toda una sensación para la época. Con un acelerón en quinta marcha se podía plantar en 175 km/h. A pesar de ser un coche utilizado en las carreras, era habitual verlo en las carreteras españolas.
Volkswagen Golf.
Era el coche moderno. Un vehículo de altas prestaciones que la casa alemana venía fabricando desde 1974. No ha dejado de perfeccionar este modelo, tanto en el motor como en la carrocería. En la actualidad fabrica una versión híbrida (electricidad y gasolina.)
Durante los años 80, los modelos Golf I y Golf II fueron muy apreciados en nuestro país. Sobre todo, después que el gobierno vendiera la casa Seat, que era propiedad del Estado, a la multinacional alemana en 1986. Los Volkswagen Golf se producían en la fábrica de Zona Franca, en Barcelona.
Seat Panda.
Un coche joven y espacioso. Parecía una tartana. Algo al estilo del Seat 600, pero fabricado 20 años después. Con un maletero más grande en la parte de atrás y producido en vivos colores. Utilizaba bastante el plástico, tanto en la carrocería (guardabarros) como en el interior.
Recuerda mucho aquella época, ya que fue uno de los primeros coches que se compraban los jóvenes cuando se sacaban el carnet de conducir.