Nos encontramos en un momento en el que tenemos más formas de ocio que nunca y solo tenemos que hacer una especie de clasificación para verlo. Eso es lo que vamos a hacer a continuación. Prestad atención a todo lo que podemos hacer para disfrutar de esos momentos de ocio de los que podemos presumir:
- Estar tiempo en casa con nuestra familia. Tirarse en el sofá siempre es una buena idea para descansar
- Una buena película siempre es interesante para sentir que hemos aprovechado ese tiempo libre. Al mismo nivel, podemos catalogar a la literatura o al teatro.
- El deporte es un buen amigo para disfrutar del ocio. Además, es sano desde el punto de vista de nuestro cuerpo.
En los párrafos que siguen, vamos a hacer especial referencia a una de las cosas que ya han sido mencionadas más arriba y que, desde luego, juegan una importancia muy grande en lo que respecta al ocio de la gente. Hablamos del teatro, que es una de las mejores maneras de conseguir disfrutar de ese tiempo de ocio que tanto valoramos. Son muchas las personas a las que les encanta que se les cuente una historia y que sea representada delante de ellos y ellas mismas. Es como asistir al rodaje de una película y es una de las formas de ocio más tradicionales de todas cuantas existen.
Es inevitable hablar de teatro y no evocar un periodo histórico como la Edad Media. El cine suele hacer referencia a periodos históricos más modernos, pero el teatro sí que tiene una variedad más grande en cuanto a los periodos históricos que engloban sus historias. Y esa es una de sus grandes ventajas. Son muchas las personas que adoran una época como esta y que quieren conocer muchas de las historias que se podían producir en un periodo histórico como del que estamos hablando.
España tiene una conexión muy grande con la Edad Media, de la que quedan muchos vestigios. Tenemos muchos pueblos en nuestra geografía que, al visitarlos, parece que nos transportan a ese periodo histórico. Una buena prueba de ello es la noticia que os vamos a enlazar a continuación del diario La Razón y que mencionaba los pueblos medievales más sorprendentes que se pueden encontrar en el interior de nuestras fronteras. Pedraza, en Segovia; Frías, en Burgos; Calatañazor, en Soria o Maderuelo, en Segovia, son grandes ejemplos y tampoco podemos olvidarnos de Albarracín (Teruel) o Sigüenza (Guadalajara).
Ocio es tanto disfrutarlo… como participar en él
Hemos hablado de la visualización del teatro medieval como una actividad de ocio… pero también hay que decir que las personas que participan en él también lo hacen por ocio. Muchas de esas personas disfrutan como pocas subiéndose al escenario y representando acciones e historias que tuvieron lugar hace muchísimos años y que, desde luego, contribuyeron a construir una época que se sigue estudiando a día de hoy y que sin duda han servido para sentar las bases de la sociedad de hoy.
Podemos decir que muchas de las personas que forman parte de estos teatros disfrutan de lo lindo con una actividad como de la que estamos hablando. La verdad es que el teatro es una de las cosas que hacen feliz a buena parte de los actores, actrices y miembros del equipo que forman parte de las diferentes compañías. Es interesante que así sea porque, sin duda, ayuda a que el resultado de los diferentes teatros y representaciones sea de lo más interesante y que esté fantásticamente logrado.
En un tipo de teatro como del que estamos hablando, es una cuestión interesante que se reproduzcan las cosas tal y como sucedieron. Es importante que tengamos la capacidad de representar los sucesos de una manera que tenga en el rigor su manera de ser. Que las historias estén basadas en hechos reales es algo básico y que desde luego le otorga un valor especial a las diferentes historias que se van representando. Siempre está bien saber que cualquier historia está basada en hechos reales, pero cuando vemos una película o asistimos a una representación de teatro que está basada en la Edad Media, siempre esperamos que lo que nos cuenten sucediera de verdad.
Para conseguir ese propósito, los departamentos de los que se compone la compañía de teatro tienen que estar pendientes de un millón de cosas. Una compañía de teatro y que se encuentre especializada en historias que tienen lugar durante la Edad Media necesita apostar por vestuario especializado, por armas medievales, necesita también conocer el vocabulario típico de la época… Y eso, muchas veces, no es nada fácil. De hecho, es un verdadero trabajazo que no siempre se valora pero que es indispensable para que la calidad de la obra quede fuera de toda duda.
¿Cómo puede una compañía de teatro disponer de todos los elementos que sean necesarios para conseguir que su obra medieval gane verosimilitud? Esta es una cuestión que no se suele valorar demasiado pero que es realmente importante para que la gente disfrute del espectáculo y sienta que está aprovechando su tiempo de ocio en la visualización de una obra de teatro medieval. Lo más cómodo es disponer de algún proveedor que pueda suministrar una variedad muy amplia de elementos de este tipo. En Armas Medievales cumplen con este cometido porque disponen de espadas, armaduras, armas orientales, complementos, accesorios… de tal modo que es mucho más fácil conseguir ese propósito del que hemos venido hablando.
Uno de los grandes indicadores de éxito de este tipo de obras tiene que ver directamente con la verosimilitud que consiguen implantar en sus representaciones. Y ya sabéis que aspectos como el vestuario o los elementos de los que disponen los personajes son fundamentales para conseguir ese objetivo. Ocurre lo mismo en las películas y en las descripciones que se realizan en las novelas. Adaptar exactamente cada historia al tiempo en el que ocurrió es algo que no podemos dejar de intentar y conseguir, pero que debemos tener claro que conlleva un esfuerzo bastante importante, sobre todo de tiempo.
En una noticia publicada en el diario El País se recoge una entrevista a una directora de teatro, Ana Zamora, que desvela otra de las claves por las cuales puede triunfar una obra de teatro que esté basada en un periodo como la Edad Media. Asegura que, en general, tenemos que dejar de intentar que los clásicos digan lo que queremos que digan. Es decir, que tenemos que centrarnos más en la historia en sí, en lo que sabemos de ella, en lo que sabemos de la época en la que se desenvuelve… y, para ello, lo mejor es hacer posible que los elementos que van a formar parte del escenario o de la vestimenta de los personajes se asemejen a los que se portaban en la realidad.
Lo que está claro es que no es fácil desarrollar una obra de teatro porque implica una barbaridad de cosas que hay que tener en cuenta y que no se pueden olvidar. Creemos que la sociedad tiene que valorar de una manera todavía más grande la elaboración de proyectos de este tipo que, a fin de cuentas, contribuyen de manera sustancial a que la gente tenga maneras de divertirse y de disfrutar de sus momentos de ocio. Valorar cuestiones como esta es indispensable para que la gente que se dedica a ellas tenga la fuerza para seguir adelante. Porque lo que sería una verdadera lástima es que la falta de apoyo provocara que las personas que se dedican al teatro dejen de hacer una labor como esta.
El teatro es uno de los inventos que ha desarrollado el ser humano y que más merecen la pena. Hay gente que considera que este tipo de representaciones han perdido fuelle con el paso de los años en detrimento del cine, pero nosotros creemos que sigue habiendo un público que se encuentra muy interesado en acudir al teatro y ver cómo se representa una historia in situ, que es a fin de cuentas la principal diferencia que existe entre el teatro y el cine y lo que hace que el primero de ellos sea mucho más natural. Para nuestro gusto, tiene mucho más mérito hacer teatro (en el que solo tienes una opción de interpretar de manera correcta un papel) que el cine (donde tienes la posibilidad de repetir una escena tantas veces como sea necesario).
El teatro es una de las formas más puras de representar un papel dentro de una historia. Ese es uno de los grandes secretos por los cuales hay todavía miles de personas que lo adoran y que desean que llegue el momento en el que comienza una representación en su ciudad. Hay que reconocer que el teatro tiene algo especial que no tienen otras formas de representación y que nunca podrán conseguirlo. Para los actores y actrices es muy reconfortante hacer teatro porque pueden ver la reacción del público en el momento de la representación, lo cual no sucede ni sucederá nunca en una película.